Era el último deseo de su mujer y Milan Marinkovic, un serbio de 75 años, no reparó en gastos (casi 3.000 euros) para llevarlo a cabo.
Milena, que falleció hace tres años, le dejó encargado a Milan que esculpieran en su lápida una reproducción de su vagina.
Dicho y hecho.
Eso sí, la buena de Milena, para que el trabajo fuera lo más preciso posible, dejó un 'book' de fotografías de Saber mas...
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