Los besos que nunca fueron, las caricias en el aire, el perdón que no pudo llegar a tiempo. Cuando el final de la vida se aproxima, cuando nos ha envuelto esa certeza de saber que no hay marcha atrás, aparece el temible "hubiera". "Qué tonto fui, quisiera haber viajado por todas partes. Hubiera vivido más en el presente y menos en el futuro, hubiera estado más tiempo con mis hijos". Saber mas...
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